Aventuras y desventuras de una cuarentona moderna, a medio camino entre la aceptación y la negación, el perreo y el croché, que sobrevive como pollo sin cabeza y con dos pelirrojos preadolescentes en nuevo territorio enemigo

Obsolescencia programada

Cuando una se sabe cuarentona, pero se ve mona con su poquito de rímel y sus tres kilos de colorete, sus complementos de moda y su estar al día, se sabe cuarentona pero menos. Quiero decir, que una sabe la edad que tiene pero entre que te ves medio bien y que no dejas de escuchar aquello de que los cuarenta son los nuevos 30 y los 30 los nuevos 20 y así hasta el infinito, aun sabiendo que no es verdad del todo, una se lo cree, por mucho que una de veinte te mire en el bus sin saber si debe o...

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Verdades otoñales del barquero

Todo el mundo mundial sabe que soy fan muy fan de septiembre, de la vuelta al cole, de los propósitos de nuevo curso y de las chaquetitas por si refresca, pero eso no quita que la vuelta a los engranajes otoñales sea un trabajo arduo que te deje las pilas del verano y las reservas de ginseng y lexatines a cero antes de la primera semana, por eso me veo en la obligación de escribir algunas verdades del barquero que, aunque duras, te harán ver que no estás sola cuando quieras poner una bomba en...

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Mañana es mi cumpleaños

Mañana cumplo 44 años. Y los cumplo con la misma ilusión que cuando cumplí los 17, los 21 o los 30. Con menos colágeno, más ojeras e infinitas más responsabilidades, pero con la ilusión de quien empieza una nueva aventura y tiene mil proyectos en la mochila, aunque unos pocos se queden por el camino y otros muchos ni siquiera salgan del macuto, pero están ahí y lo importante es tenerlos, crearlos, reformarlos y sentir que queda mucho camino del divertido por recorrer. Y es que entre que, como...

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Planes de otoño y otras formas de sufrir un infarto

Que sí, que aún estamos en agosto y esto todavía es verano, que hace 40 grados a la sombra y que aún queda mucho para mi ansiado otoño, con sus chaquetitas, su nueva colección de Inditex y su vuelta al cole, pero en Málaga y esto no puede negarlo ningún malagueño de pro, una vez que se acaba la Feria, se entra en modo otoño y aunque se siga sudando porque el calor no se va hasta noviembre, lo mismo no es. Eso es así(n). Así que agarrándome a ese clavito ardiendo, he decidido que para mí ya es...

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De ferias, buñuelos y cervicales

Siempre he sido más de Feria que de Semana Santa y, después de dos años sin catarla por la pandemia, lo suyo es que estuviera loquita por catarla. Pues no. Es curioso porque yo soy persona de quedarme con lo bueno de las cosas y olvidar nivel Alzheimer toda la parte mala de personas y experiencias pasadas, y no es fruto de terapia ni esfuerzo, me pasa y ya está y no suele ser tan bueno como parece porque aprendo poco de las experiencias y volver a clase de spinning, de la que has rehuido...

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El verano y otra formas de sufrimiento

Odio el calor. Mucho. Y odiar el calor viviendo en el sur de España es una cosa complicada porque aquí el frío llega poco y tarde, y la mayoría del año es época sahariana. Yo soy team otoño, claramente, que no sé qué le ve la gente de triste con lo bonita que es esa estación y si no, de invierno, pero de verano, no, ni siquiera de mozuela cuando todo era playeo, piscineo, terrazas y dolce far niente. No sé si es la edad o si es que con esto del cambio climático, el calor es cada día más...

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El teletrabajo y otros dramas

Cuando la gente me dice lo afortunada que soy por teletrabajar en lugar de tener que desplazarme a la oficina como hacía antes, la perdono casi siempre porque entiendo que en su mente de personas cuerdas no pueden ni hacerse una idea del circo que cada mañana tengo montado en casa, sobre todo en época de vacaciones pelirrojiles. Empiezo a trabajar a las 8 y al principio del teletrabajo y haciendo caso a las instrucciones que una vez leí en una revista, me duchaba, me vestía de calle y hasta me...

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Ser una moderna

Ser una moderna no es tarea fácil, sobre todo si ya no tienes 20 y has de compatibilizar la modernidad con mil tareas diarias que te sobrevuelan como proyectiles, desde la mañana a la madrugada. Porque ser moderna implica sacrificios y no es lo mismo, por ejemplo, agujerearte la oreja y solo procurar que la peluquera no se enganche cuando te echa las mechas balayage y luego vivir por y para tu nuevo piercing, que sobrevivir con él en mitad de la jungla, pasar dos horas diarias hablando por...

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Vacaciones y otras formas de morir

Cuando una se convierte en madre y todo es malvivir, desde la primera contracción hasta el fin de tus días, hay cosas y situaciones que aunque mantienen el mismo nombre, pierden su definición original como, por ejemplo, las vacaciones. Antaño, cuando las dos rayas del predictor ni se habían adivinado, las vacaciones eran la panacea, un no parar de sol, playa, piscina, comidas, cenas, copas, amigos, risas, trasnoche, levantarse tarde, remoloneo en el sofá y la hamaca y mucho dolce far niente...

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Patadas voladoras

Vaya por delante que yo estoy encantada de ser una cuarentona, de verdad de la buena, y creo que jamás en mi vida he mentido sobre mi edad, es más, soy de las que al empezar el año se suma del tirón el que está por cumplir como hace mi padre. Orgullo patrio, que no se diga. Que me gustaría tener la lozanía de los 20, sí, que tampoco voy a decir mentiras, pero que lo que realmente envidio es la falta de responsabilidades, hipoteca, trabajos estables y descuento en el teatro. Pero por el resto,...

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Flor Enjuto. La vida después de los cuarenta

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Hija no hay más que una