La primera vez que me llamaron señora no lo vi venir. Estaba en la playa, metida en el agua hasta la cintura charlando con una amiga de cosas de jóvenes, con mi moño y mis gafas de sol, fingiendo un descuidado look a lo Kate Moss en los 90, pero más parecida a un homeless después de un par de tornados tropicales, cuando, mientras mi amiga me explicaba los pormenores de su última pseudocita, un niño a nuestras espaldas gritó ‘Señoraaaa, ¿me pasa la pelota?’
Lógicamente, nosotras seguimos a lo nuestro, haciendo muchos aspavientos durante la conversación para que nadie creyera erróneamente que estábamos haciendo pis, que es una creencia cochina y extendida que nos afecta a las mozas que luchamos contra la hipotermia y tenemos que ir entrando al mar a plazos o que no tenemos intención alguna de bañarnos pero tampoco queremos lucir culamen en la orilla. Que empoderarse está muy bien pero que yo bastante tengo con defender la cara blanca nivel geisha, de los pegotes de crema factor mil que heredo de los pelirrojos y tumbarme en la arena sin parecer una octogenaria recién llegada de la guerra. Todo no se puede.
Total, que el niño que era un tormento volvió a llamar a la señora hasta tres veces y yo, con mi moño destruido creyéndome guay, me giré dispuesta a buscar a la señora y a decirle que, por favor, le lanzara el dichoso balón al pobre niño que estaba desgañitándose y no me dejaba estar a lo mío, para un día que voy a la playa sin niños y no tengo que masticar arena a dos carrillos. Pero cuál fue mi sorpresa al girarme, que no solo tropecé con un balón de plástico naranja, sino que no vi a nadie. A nadie. Nadie. Nadieeee. El inmenso mar hasta la orilla sin una señora que echarse a la boca, sólo un niño que me miraba con los ojos desencajados y que en mi cara se atrevió a repetir: ‘Señora, que si me puede pasar la pelota’.
Obviamente mi primer impulso fue reventarle la cabeza con el balón, pero luego pensé que igual estaba la madre cerca e íbamos a tener un disgusto. Luego me planteé darme la vuelta dignamente y dejar al niño pegando voces como si no existiera, que lógicamente se merecía eso y más, pero no se iba a rendir y aquello iba a ir a más, así que ante la ojiplática mirada de mi amiga que también estaba en shock, le lanzamos el balón al niño esperando que algún tiburón, llamado por el color naranja fluorescente del balón, se lo comiera.
Desde entonces, esto ha sido un no parar. Como si el mundo entero se hubiese puesto de acuerdo en coronarme como una señora por mucho que vaya con mis Converse sucias y mis pulseras de hilo. Pero así, de repente. Sin preparación, sin aviso, sin preliminares, sin un detalle que me hiciera sospechar lo que se me venía encima. Yo era la chica, la muchacha, la joven y así de pronto, de un día para otro soy la señora. La Señora. ¿Qué desea, señora? / Voy detrás de usted, señora / Dale las gracias a la señora / La señora la quiere en negro / ¿Cuántos van a ser, señora? Ahora todo es señora y usted en un no parar de agresiones verbales a las que me veo sometida a diario sin saber muy bien si esto de ser una señora conlleva también algún otro tipo de comportamiento señoril como no ir cantando por la calle o no comerle la cabeza a las dependientas de Zara ni a los camareros como si fuéramos amigos de farra porque ahora soy una señora y me imagino que hay cosas de jovenzuelas y cosas de señoras, aunque yo siga poniendo morritos en las fotos y bailando por Rauw Alejandro en el cuarto de baño.
Que eso es otra, que la pelirroja que ya es una adolescente de pro de esas que ponen los ojos en blanco y hacen giro de muñeca, me dice cosas como ‘Mamá, ésa no es la nueva de Rauw, ésa tiene mil años, es esta otra’ o ‘Mamá, es que ya la gente no sube fotos a insta, eso es el pasado. Ahora solo se publican stories’, mientras hace la última coreografía de TikTok por videollamada.
Y yo que le contesto cosas en plan ‘¿Perdonaaa? Que cuando tú vas yo vengo de allí, chavala’ en tono Chenoa y que dan mucha fatiga, he decido que voy a aceptar que me llamen señora sin protestar. Ahí, a lo loco. Señora. Y de usted. Porque tengo amigas que no lo aceptan y van todo el rato añadiendo ‘No me digas señora que todavía soy muy joven’ y cosas así muy tristérrimas y vergonzosas en plan Ana Obregón o Norma Duval haciendo el posado veraniego. Me niego.
Así que yo voy a aceptar que me llamen señora con cierta dignidad mientras eso no conlleve prohibiciones de ningún tipo. Acepto el cargo pero no la responsabilidad. Pienso seguir haciendo el mono por la calle, queriendo ser novia de Bradley Cooper, creyendo que puedo tener una 38, un Loewe y un Vuitton y soñando con una barra libre de donettes y tubos de pica pica. Si no, no me interesa. Que bien pensado, salvo excepciones como Esperanza Aguirre o Carmen Lomana que nacieron siéndolo, igual la mayoría de las ‘señoras’ son una farsa como yo misma, que acepto lo de señora pero que sigo pensando que tendría que haberle reventado la cara al niño de la pelota. Seguro que la madre me hubiera entendido. Anda que no. Es de primero de señora.
¡Hay que llevarlo con orgullo tía!😂😂😂😂
Yo es que aún no me hallo, pero mejor tragar que protestar, que eso es muy de loser. O también podemos hacernos un Will Smith, jajajjaja
Yo me quedé mirando a mi madre, sacando tickets de compra de El Corte Ingles para encontrar el de la devolución y me dijo: «Hija, contéstame al chiquillo»… no words!
Que remedio los queda, más que llevar el título con dignidad , ya que no nos dan medallas al mérito, ni títulos nobiliarios aceptaremos el de SEÑORA…Que mal suena por Dios!!!..besitos bella
Si hay que ser señora, lo seremos, pero señoras modernas. Claramente.
Diossss mio, entre la alegría de que hayas resucitado y leerte, estoy a punto de convulsionar en mi trabajo. Imagina cuando llegues a los 57 mios, sin el menor deseo de madurar, jamas lo haré, sigo de pelo largo, con zapatillas y ropa de adolescente, rotosa y grande. Y me siento muy bien, aunque el primer señora es una puñalada mortal en medio del corazón
Hay gente que es «señora» con 20 y otras que se mueren siendo jovenssuelas. Nosotras seremos de las segundas. Que no es cuestión de arrugas ni canas, eso viene por ley de vida, sino de, por ejemplo, pedirte la toga de Harry Potter para Reyes con 43 años. Sí, soy, jajajajjajaja
Ha vuelto usted señora🤭
Con las mismas ojeras y el mismo malvivir, pero ahora con un cargo que no es poco, jajajja…
Que ganas de volver a leerte,por favor. Viva tú.
Gracias, bella!!
🤣 🤣 🤣 🤣 todavía me acuerdo de mi primer»deja pasar a la Señora» ¿perdonaaaaaa??. Qué alegría volver a leerte!!
Tenías que haberle hecho la zancadilla. jajajja
Aquí la Señora, la que lleva unas Vans Bob Esponja, y tan feliz 🤣🤣
Veo cíclicamente la saga de Harry Potter con la toga puesta. No tengo un calcentín que no parezca de un niño de 10 años, si mi metabolismo me dejara, me alimentaría a base de Ruffles al jamón y así hasta el infinito, jajajaja ¡¡Somos jovencísimas!!
Al primer ‘señora’ de los muchos que le han de seguir pocas se habrán girado! Solo nos queda estirar el cuello como si fuéramos cigüeñas y sobrellevar el disgusto de la mejor manera posible.. se abrió la botella y ya no hay stop jajaja
P.d- Me alegra que tengamos blog de nuevo! Aqui me quedo 🙂
Claramente!! Yo acepto lo de señora pero se me hace raro, más que por drama, que también, porque tengo el síndrome impostora. Señora es mi madre que hace albóndigas y alecciona a las modistas que le cogen mal el bajo pero yo que sobrevivo a base de cocacolazero y 5 horas de sueño, que le compro las cartulinas a los pelirrojos el domingo a las 11 de la noche y que no sé por dónde me sopla el aire no me veo en el cargo. Fijo que me echan pronto… jajajaja.
Gracias por quedarte, Eva!
Conforme te voy leyendo…Voy aceptando…Pero luego llego a las converse sucias y etc y me digo, Señora?! Yo no he nacido para eso y me saco esa palabrita de encima como si fuera pelusa en ropa. Que la vida es muy corta para cargar con cosas que nos pueden quitar sonrisas. Benditas estas, tus cosas, que nos regalan carcajadas tan limpias. Besazo Flor 💋
Sobre todo, ahora es la preocupación de no ser una buena señora. ¿Qué hay que hacer? Yo desde luego no tengo ni idea. Más primeriza que cuando nació la pelirroja, Si hay que ser señora se es, pero que sea cargo honorífico, jajjajaj
Cómo voy a ser una señora si ni siquiera sé loguearme en mi propio blog, jajajaja. Ruina.
Precisamente ser una señora es lo que te permite hacer lo que te dé la gana porque ya estás de vuelta de todo 😛
Ohohohohoh… visto así es una bicoca.
Es interesante plantearse ¿Cuándo nos volvemos señoras? Es la edad? Es un sentimiento?
En mi caso, no tengo 40 todavía pero me empece a sentir «señora» el año pasado, cuando me empecé a aficionar a las plantas. Yo, que las tenia todas de plástico!
Lo curioso es que ayer mismo tenia 25 años. ¿Qué habrá pasado? Dónde han ido estos 18 años??
Yo señoreo con cosas como la decoración y las flores. Bueno, y ya para el copeo exijo mediodía, que por la noche, muero. Pero me parece que para ser señoras tenemos que ser como las madres (las nuestras, digo), que dicen cosas como «tiene que estrechar la manga en disminución» o «el agua está dura» o llevar medio tacón o cruzar las piernas de lado. Y yo no sé. A ver ahora qué hacemos.
*13, dónde han ido estos 13 años. Ya no sé ni contar!
(Y la falta de algunas tildes se debe a que estoy con teclado cirílico y tengo que ir copiando las letras con tilde de otros comentarios).
Saludos,
SEÑORA Marta en Bulgaria
(La Ñ también la he tenido que poner con copia-pega). 😂
Jajajjaa, que no haya ñ de señora igual es una ventaja, jajaja
Huurrrraaaaaa!!!! HAS VUELTO. A mis 40, me interesa el tema sobremanera. Me quedo por aquí
Es que este tema tiene miga. Que a ver, que yo encantada con mis 40 si es como sucesión de los 30, solo que con menos colágeno y más ojeras, pero es que aquí ahora se exige otra cosa, es como cambiar de nivel en la Nintendo. No son más años y ya. Es un cargo. Como cuando pares y la gente te ve como una madre y tú ni siquiera sabes cómo mantener con vida al niño, pues lo mismo. Yo sigo con pelos de loca, arrastrando pelirrojos pero ahora soy señora. Qué de cosas.
Pero si Bradley Cooper es un señorazo! El problema viene cuando ves Bridgerton y te das cuenta de que Anthony es más joven que tú! Depresión máxima me dio…
En realidad, la idea era poner Maluma, que me parece bellezón (pero sólo cuando esta moreno y vestido de persona) pero luego pensé que igual creíais que me pasaba el día perreando y puse a Bradley que también es bellesssa. Pero ojo, sólo en Resacón. Que como bien dices hay hombres que se aseñoran como Jesús Vázquez, Bradley Cooper y hasta mi Johnny Deep, que con la edad tienen cara como de señoras. Que horror. jajajaj
Querida, señoreemos juntas hasta bien entrada la madrugada. Encantada de leerte de nuevo. Besazos!
No termino de acostumbrarme a qué me llamen señora aunque cuando de vez en cuando el carnicero dice al compañero que está atendiendo a la chica te da subidón y vuelves a casa con tu kilo de carne picada y de un contento. Lo que llevo fatal es que los médicos a los últimamente hoy son unos jovenzuelos que podrían ser mis hijos y, claro, te llaman de usted. Pero, ¿estamos locos?
Bueno, yo gracias al Covid me enteré que era de mediana edad. Mediana edad. Sabía que joven con 43 igual no, pero que sería algo como adulta pero no. Drama.
¡Señoreando copichuela en mano!
Aquí una señora y encima madre de una adolescente desagradecida. Pues no que viendo los Bridgerton la niña me dice «Yo soy Daphne (para tener al duque de pareja, la muy perraca) o Kate y tú la señora Bridgerton». ¿La señora Bridgerton? Pero, ¿estamos locas? Se habrá creído mi hija que en mis fantasías calenturientas voy a ser viuda y madre de por lo menos 8 hijos (nunca me da tiempo de contarlos, sorry), ¡me niego! Yo me pido Kate o, como mucho, la reina, pero solo por los collares y las pelucas. Cría cuervos…
Que soy yo otra vez, he olvidado decirte lo contenta que estoy de que hayas vuelto a escribir un blog. ¡Gracias!
Échala de casa. Nosotras siempre el Diamante de la temporada. Hombre ya.
Acepto el cargo, no la responsabilidad, jajajaa, me parto. Peor es a mí, que salí de la pelu con un peinado a lo que yo creía que era Tania Llasera y un niño me llamó señor. Eso sí es para tirarte debajo de un camión…
Jajajajaja el colmo! Ana Memole, no hagas caso, hay mucho niño miope con tanta tablet jajajajaja
Jajajajajajajjajajaja, me recuerda a una vez que me monté en un taxi y el conductor se giró, me miró a los ojos y me dijo «¿A dónde lo llevo, caballero?» Y yo, con mi pelo largo y pintada como una puerta pensé que ese día moriría estrellada contra una farola, pero no.
Pero que alegría que estés de vuelta!! Te echábamos de menos, me vas a alegrar el malvivir de señora y madre de uno de 4 que encima está opositando y no tiene tiempo ni para verse las ojeras en el espejo…bienvenida, señora!! ❤️
Opositar te resta años de esperanza de vida, claramente. Pero al mismo tiempo eso de ir con una carpeta y seguir siendo estudiante, te rejuvenesse indudablemente. Ánimo!
Madre mía Flor.. Durante un tiempo te eché muchísimo de menos, me alegro tanto tanto que hayas vuelto… Yo sigo por Italia, con un preadolescente de 13 años y con 49 que voy a hacer lo de señora lo tengo más que asumido jajaja Que triste, ahora me toca asumir la premenopausia y la sequedad vaginal jajaja Muchos muchos besossss amore
Km
Jajajajajjaja, la sequedad vaginal jajajja… Yo no me niego a envejecer, pero quiero ser una joven vieja. No una señora. Nosotras a los 80 y con pelo largo. No al cardado. Y otra cosa, te digo, JLo tiene cincuenta y mil y mírala. De cualquier manera, creo que los 50 pueden ser muy liberadores por aquello de que si somos invisibles podremos hacer lo que nos salga del moño, digo yo. Aquí hay mucha tela! jajaj
De señora a señora. Yo también he tirado la toalla. Que les den. Y a vivir 👏👏👏👏
Ya te digo. ¿Señora? Pues señora
Me pasa igual,cuando dicen señora siempre miro a los lados y detrás para ver a quién se refieren,nunca y digo nuncaaaaa me doy por aludida.
A mí cuando no contesto me miran como si fuese algún tipo de reivindicación, pero es que nunca creo que se refieran a mí, luego me doy cuenta y contesto, con síndrome de la impostora, pero contesto, jajajja
¡Flooor! ¡Qué alegría de lunes! La vuelta de la más grande. Aún me río recordando algunos posts.
Lo de señora se lleva con dignidad porque tenemos porte, clase y distinción. Porque para llevar Converse sucias y pulseras de hilo también hay que tener un porte, oye. Por cierto que a mí me traumático más la primera vez que me lo dijo una anciana venerable que cuando me lo dijo un crío, que por cierto, fue muy muy pronto. No tenía ni 20 aún, qué estropeada estoy ahora que lo pienso. Voy a dejar este comentario aquí, que me estoy deprimiendo y no tengo edad para ahogarlo en alcohol a estas horas de un lunes.
Jajajajjajajaja, la anciana era una envidiosa de tu porte. No hay duda.