La maternidad es como el láser. Duele pero te deja la piel fantástica. No digo en sentido literal, obviamente, porque si hay algo malo para la piel no es el sol ni el paso del tiempo ni los radicales libres, son los hijos y la vida perra que nos dan, que no hay ojeras que duren más que las de las recién paridas, pobrecitas mías, pero eso sí, con los hijos y sus risas, ocurrencias y achuchones se nos queda una vida preciosa. Dolorida pero preciosa. Eso es asín, que diría la Esteban.
No es que quiera ponerme melosa, con la de plancha que tengo y el estado de estrés permanente en el que vivo, pero hoy es el día de la madre y pensé en la de años que llevo siéndolo y en la de cosas que he ganado y he perdido con esta aventura y como yo, todas las madres del mundo, que hacen lo que pueden por sobrevivir en esta sociedad loca de querer llegar a todo, el ascenso en el trabajo, la dieta, el gimnasio, las extraescolares, la rutina facial, los deberes, la granja escuela, el pediatra, la vida social, el parque y las lecciones en bucle del ciclo del agua o el sistema solar que al menos a mí me toca preguntarles cada trimestre desde hace años. Así que no me queda otra que rendir homenaje a todas las madres, que sin saber cómo ni cuándo ni ciento volando, se han encontrado meciendo un bebé sin saber cómo mantenerlo con vida y que después, con el paso de las semanas y los meses, no han sabido cómo mantenerse ellas con vida.
Así que hoy toca felicitarlas. A todas. A las que estuvieron horas en el paritorio dilatando hasta límites insospechados, a las que le hizo efecto la epidural y a las que no, a las que le tocó cesárea y a las que rajaron como un pollo relleno y tuvieron puntos en las entrañas. A las que la maternidad les llegó de otra manera pero con la misma ilusión. A las que llegaron a casa con un bebé en brazos y no supieron si reír o llorar y mucho menos hacerse con el truco de una nueva vida que se le escapaba por las esquinas. A las que acumularon noches sin dormir, ojeras y malaleche. A las que quisieron hacerlo bien y no les salía y aún así tenían que seguir intentándolo. A las de pecho y a las de biberón. A las que daban cabezadas frente al microondas y a las que lloraban a escondidas bajo la ducha.
A las que se rompieron a la puerta de la guardería y volvieron al trabajo sin fuerzas ni ganas ni horas de sueño en el cuerpo. A las que abandonaron las series de moda para ver La Patrulla Canina en un bucle infinito. Y a las que le robaron horas al sueño para poder ver quién era el asesino, aunque fuese con el niño colgado del pecho, luchando por mantener una vida que sentían que ya no les pertenecía. Y era verdad.
A las que se sintieron juzgadas en el pediatra y a las que salieron llorando de la consulta por una mala noticia. A las que tuvieron niños especiales y se volvieron especiales.
A las que fueron espurreadas con papilla y más de una vez acabaron llenas de pis, de vómito y de caca como si lo hubieran hecho toda la vida. A las que usaban pintalabios de Chanel y una tarde compraron un sacamocos. A las que aceptaron el cambio de vida y a las que no. A las que podían con todo y a las que no podían con nada.
A las que se quedaban en la reja del cole hasta ver a su hijo feliz y a las que salían pitando al trabajo, destilando una culpa autoimpuesta en todos los frentes. A las hicieron trabajos de gomaeva y recibieron el collar de macarrones como si fuera de Bulgari. A las que mantuvieron las rutinas faciales y se durmieron con la mascarilla puesta.
A las que se emocionaron en las funciones escolares y aplaudieron como locas cuando a su niño le tocaba bailar. A las que mandaron los vídeos a todos sus contactos y a las que los recibieron entre lágrimas porque les había tocado quedarse en la oficina.
A las que vieron horas de tutoriales en internet para aprender a hacer una trenza de raíz a la niña y acabaron con acento latino y ni idea de cómo hacer el peinado. A las que se chuparon mil cumpleaños en parques de bolas y comieron sandwiches duros de salchichón mientras ataban y desataban cordones. A las que se comieron el pan asqueroso de la granja escuela y fingieron que estaba delicioso.
A las que vieron cómo sus hijos dejaban de abrazarlas y le ponían los ojos en blanco al cumplir los 13. A las que tuvieron que dejarlos a 30 metros de la puerta del instituto porque ya les daba vergüenza ir con ellas, a las que aceptaron una nueva etapa que daba mucho miedo. A las que tuvieron que empezar a negociar y a ser los polis malos que nunca quisieron ser.
A las que se convirtieron en abuelas y mientras todos achuchaban al bebé, ellas cuidaban a sus hijas y las miraban de reojo con la compasión del que conoce el arduo camino que les queda por delante, pero con la alegría de saber que con ese llanto en el paritorio, empieza la mayor y más bonita aventura de sus vidas.
A todas ellas, felicidades.
Muy duro, mucho. Y a la vez lo más maravilloso que me ha pasado en la vida, con diferencia. Felicidades Flor. ❤️
Debe de ser uno de los misterios de la vida, que algo que te la ponga patas arriba, que te haga llorar de sueño, de impotencia, de no llegar a nada, de no saber hacerlo mejor… sea al mismo tiempo la mayor y mejor experiencia de tu vida. ¡Felicidades, bella!
Olé tú!!!!!
Mejor no se puede….te quiero
Felicidades preciosa… es algo único eso que a veces se te va la vida pero al mismo tiempo te llena de ella. Me alegra mucho volver a leerte 😊
¡Muchas gracias!
¡Qué maravilla de post! Muchas ¡gracias! Es tan real todo lo que escribes… ☺️
Feliz día!!
Cuánta verdad!!! Todas las emociones y los sentimientos por un mismo motivo, ser madre.
Feliz día a todas, incluyo a las mamis titas altruistas!!!
Ser madre es una aventura genial y tienes razón ¡Las titas son fundamentales!
¡Gracias! La maternidad es tan agotadora como maravillosa…
Me ha emocionado mucho tu post de hoy. Los anteriores me provocaban la risa y éste me ha hecho saltar la lagrimita. La verdad es que me he sentido identificada con muchas de esas situaciones
¡Muchas gracias! La maternidad es emocionante…
Que bonitoooooo.. Eres genial Flor… ❣️❣️❣️❣️
Que bonito y todo tan cierto…..
Ser madre es una aventura genial pero agotadora! jajjaa
Ni tiempo de ganas de pensar lo que he perdido, lo que he ganado. Los miro y solo veo lo mucho que los quiero. Con toda esa cantidad de peros que les cuelgan por todos lados. Te ha quedado un post tan bonito, Flor, que es digno de enmarcar. Feliz día amoree❤️
Muchas gracias, guapa! Y tienes razón, no se pierde nada comparado con todo lo que se gana…
De lo más bonito que he leído en mucho tiempo. Gracias Flor.
Y no, no estoy llorando (será la alergia)
Ay tunanta, qué carga la de estar pendiente de los siete planos de la realidad, tuya y de otros, pero qué maravilla también, o no?, felicidades para ti!
Creo que sí. Siempre mejor destruida por exceso de planos de realidad que por defecto, jajaja, que no se diga!
Vaya, muchas gracias!! La alergia en estos tiempos es que está a flor de piel, jajaja
Que bonito, Flor…Se me han saltado las lágrimas viendo pasar por delante todos esos momentos que nos ofrece la maternidad, los buenos, los malos y, en mi caso, los terribles también.
Muchísimas felicidades ❤
Bueno, tú tienes para escribir un libro e incluso dos. No me imagino lo duro e intransitable que tienen que ser algunos caminos. Pero a pesar de todo, el amor es el mejor bálsamo. Grande tú!
Amiga, ¡muchas felicidades!
Hasta me he emocionado sintiéndome identificada en la gran mayoría de tus frases y comparaciones.
Así es, un carrusel de emociones, aunque no lo cambio por nada del mundo.
Como siempre, insuperable 🥰
¡Gracias, bella! La maternidad es muerte y resurrección, jajaja
Leche, qué bonito lo has contado. Se me han saltado las lagrimas
Gracias, Julia, al final es la vida de todas…
Joder…. GRACIAS
Gracias siempre a vosotros por estar al otro lado!