El señorómetro II. Acéptalo, eres una señora si…

1.- Amas en secreto el mundo mártir y dices cosas como ‘es la primera vez que me siento en todo el día’ haciendo mucho hincapié en tu nivel de sufrimiento, ‘si yo me voy os come la mierda’, aunque tu consorte limpie más que tú o el clásico ‘sólo estaba echada en el sofá pero dormida no, como si yo me pudiera dormir tan fácil’ aunque hayas despertado con tu propio ronquido.

2.- Por mucho que sólo quieras hablar de planes de fiestas y viajes futuros, cuando te juntas con amigas, al final siempre acabáis hablando del bótox, del ácido, de los hilos tensores espiculados y del surco nasogeniano con una precisión de cirujano plástico marbellí.

3.- Tú, que siempre has sido fan de los tatuajes y los piercing y tienes más de uno y dos, ahora se te para el corazón cuando la niña te dice que de mayor piensa hacerse unos cuantos y te ves como Esperanza Aguirre usando los argumentos de tu padre y con los ojos fuera de las órbitas como si la niña te hubiera anunciado su intención de fumar crack a los 20.

4.- A ti, que eras de Suchard, cocacola y lays campesinas cuando tenías resaca, empieza a gustarte el turrón blando, la yema tostada, la horchata, el bitter kas y la tónica sola y crees que un emblanco o un puchero es lo mejor para reavivar un cuerpo. Y la pasada navidad probaste el anís el Mono y aunque fingiste que no, te gustó. Mucho.

5.- Te sabes los nombres de todos los actores y directores de cine desde los años 40 hasta el 2010, pero a partir de ahí todo es nebulosa. “El niño de ‘Call me by your name”’,” el que hace de Loki”, “la hermana de la Viuda Negra que también hizo Lady Macbeth y tiene como los brazos cortos pero es mona” son tus referencias para referirte a los actores del momento y te conviertes en tu madre que nunca supo nombrar a Winona o a Kevin Bacon pero te recitaba la biografía de Marlon Brando.

6.- Crees que sigues a la moda porque aún compras ropa en Inditex, pero cada vez más en Zara Woman y menos en Trafaluc. Y te escandalizas con los minivestidos de prostituta de los 90 con aberturas imposibles, los pantalones al tobillo de los muchachos y los peinados con caracolillo engominado como Estrellita Castro. “Eso no es moda, hombre ya, si están horribles” dices indignada cuando vas de tienda con el mismo tono de tu abuela cuando criticaba a Alaska.

NOTA: Si cada afirmación es un punto en el carné señorial ¿cuál es tu puntuación total en el señorómetro? Importante: No vale mentir.